viernes, 26 de junio de 2015

El 18 de Brumario de Pablo Iglesias

Hay quienes considerándonos marxistas no hemos renunciado a leer e intentar comprender al propio Karl Marx, pero no debemos ser muchos. Como muchos de mi generación, una generación necesariamente precoz en lo político, fruto del momento que vivíamos, me acerqué al marxismo más desde el sentimiento, desde la visceralidad, que desde la reflexión y el análisis. Sin embargo, creo que no hemos sido demasiados los que hemos intentado profundizar en el estudio de lo escrito por el pensador alemán. Y desde luego uno de ellos no ha sido Pablo Iglesias por más que una significativa entrevista se considere, al menos en el plano teórico, como marxista, si bien el mismo califica esa consideración como pretenciosa y lo es. Nunca, ni en lo que he podido leerle, no demasiado, ni en lo que ha dicho en sus abundantes apariciones televisivas, le he oido hacer análisis desde una perspectiva de clase, no pareciendo tener la lucha clases, como elemento esencial del materialismo dialéctico, la importancia que tiene para Karl Marx a la hora tanto de explicar el desarrollo social producido, como para influir positivamente en el que ha de producirse. El análisis de Iglesias, y es legítimo, está en su derecho, nadie se lo niega, se basa no en la posición de cada cual dentro del modelo productivo sino en su poder adquisitivo, y de ahí el hablar de la gente y con dificultad de los trabajadores o la clase trabajadora y, menos aún, la clase obrera. En ese análisis es más lógico hablar de arriba y abajo sin tener para nada en cuenta quien genera plusvalía y quien la disfruta o aspira a disfrutarla y la coyuntura de crisis se lo impide. Efectivamente no es marxista, lo cual no constituye ni pecado ni delito, además de dar lugar a buenos resultados electorales,  y puede ser pretencioso considerárselo. Y que conste que para un marxista el análisis de clase no puede ser un corsé que esquematice, casi caricaturice, la sociedad hasta hacerla irreconocible. Nadie, en su sano juicio, puede obviar los condicionantes que marca la situación material de un individuo o una clase social, y muy especialmente a la hora de establecer una política de alianzas, y nadie, en su sano juicio, puede no tener en cuenta que las condiciones y características de la propia clase obrera tambien cambian, han cambiado, con el tiempo y hoy es dificil encontrar un modo de producción fordista. Es muy interesante el artículo que, en el mismo medio pero con mucha menos difusión, publica Alberto Garzón, con el que básicamente estoy de acuerdo y que diferencia entre lo que él llama la sociedad fordista , con una clase obrera con derechos y conquistas consolidados y la posfordista con la precariedad como característica principal. La terminología me chirría un poquito pero el fondo es, a mi entender, correcto.
Los marxistas, y a mi me gustaría serlo, solemos tener en nuestra humilde biblioteca, alguna que otra obra del propio Marx y no sé que mecanismo interno me ha llevado al 18 de brumario de Luis Bonaparte, que tengo, por cierto, lleno de subrayados y notas al margen, lo que me lleva a pensar que en algún momento de mi vida anterior he debido estudiarlo a fondo. Simplificando mucho, y toda simplificación conlleva un riesgo, se viene a deducir en esa obra que el golpe de estado de Napoleón Bonaparte es el resultado, como consecuencia de lucha de clases, de la hegemonización de la burguesía, como clase, del proceso revolucionario iniciado en 1789, el cesarismo que va a venir a continuación, y que lleva a la entronización como Emperador del general corso, tiene que ver, en gran medida con la personalidad del individuo, pero también con la gran cantidad de poder acumulado. Sin querer, y soy sincero, encuentro paralelismos evidentes, en cuanto a comportamientos no a capacidad ni brillantez, entre Bonaparte e Iglesias. También el 15M como la Revolución Francesa, con otras dimensiones y consecuencias, por supuesto, ha significado una fuerte sacudida, en este caso para la sociedad española y  muy significadamente para las organizaciones de la izquierda transformadora que hemos tenido que replantearnos muchas cosas, y también el 15M ha tenido su 18 de brumario con la aparición de PODEMOS, como consecuencia del triunfo de la pequeña burguesía como clase hegemónica, con el clásico lenguaje izquierdista cargado de propuestas regeneradoras del sistema y, como mucho, vagamente socialdemócratas o keynesisanas. Que Iglesias esté afectado por el cesarismo que padeció Bonaparte es algo que veremos si se produce con el tiempo, pero a día de hoy hay algún síntoma sospechoso, como el gestual, esa posición de piernas ligeramente abiertas con las manos separadas del tronco mirando desafiante al público que le aclama, y el verbal, diciendo lo que dice y como lo dice. Sirva de paradigma la entrevista en la que, aparentemente, nos pone pingando.
En relación con esa dichosa entrevista, que enlazo al principio del post, tengo que decir, y me preocupa, que es muy peligrosa. Y lo es más allá de la sarta de tópicos insultos que nos dedica: tristes, conformistas, nostálgicos, perdedores,etc..., porque puede que en algo acierte. Es peligrosa, fundamentalmente, porque busca dinamitar cualquier posibilidad de encontrar espacios unitarios en los que ellos, ¿o directamente ÉL ? no sean el elemento sobre el que, con una generosidad que no agradezco, pivote cualquier atisbo de unidad, y lo hace fortaleciendo, en ambos campos, las posiciones de los más refractarios: dentro de ellos da alas a aquellos que nos consideran uno más de la casta y que somos un lastre para avanzar, dentro de los nuestros, fortalece, ¡y cómo!, las posiciones de aquellos que defienden que la pretendida Unidad Popular, consiste, básicamente, en entregar IU, envuelta en papel de regalo a PODEMOS.
Quedamos en una posición difícil los que abogamos por generar esos espacios de Unidad Popular manteniendo de forma clara y contundente nuestro perfil político como lo que somos izquierda transformadora, republicana, anticapitalista y laica manteniéndonos como sujeto político activo, porque solo así conseguiremos que esos espacios sean realmente útiles para la transformación de la sociedad, y es perfectamente lógico que a Iglesias no le gusten los espacios así configurados porque él no busca la transformación de la sociedad sino su regeneración. Que nadie busque paralelismos anacrónicos, ni estamos en 1917 ni estamos en Rusia, pero si los Soviets de soldados, obreros y campesinos, hubieran estado hegemonizados por los mecheviques, en lugar de por los bolcheviques no hubieran sido un instrumento útil para la Revolución.
La cuestión de la política de alianzas no es nueva está en debate desde siempre, en el pleno del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista de marzo de 1922 Trotsky afirma:

Si el Partido Comunista no hubiese roto drásticamente y en forma irrevocable con los socialdemócratas, si no se hubiese convertido en el Partido de la revolución proletaria. No hubiese podido dar los primeros pasos serios en el camino de la revolución. Hubiese permanecido como una válvula parlamentaria de seguridad bajo el Estado burgués.
Quién no comprende esto, no conoce la primera letra del ABC del Comunismo.

Y a continuación

Si el Partido comunista no procurase construir un camino organizativo, al final del cual fuesen posibles en cualquier momento acciones coordinadas conjuntas entre las masas comunistas y las no-comunistas (incluyendo a las que apoyan a la socialdemocracia), pondría al descubierto su incapacidad para ganar -sobre la base de acciones de masas- a la mayoría del proletariado. Degeneraría en una Sociedad de propaganda comunista, nunca se desarrollaría como un Partido que lucha por la conquista del poder.
No es suficiente contar con una espada, tiene que tener filo; no es suficiente el filo: hay que saber usarla.
Luego de separar a los comunistas de los reformistas, no es suficiente fusionar a los comunistas entre sí por medio de la disciplina organizativa; es necesario que esa organización aprenda a guiar todas las actividades colectivas del proletariado en todas las esferas de la lucha de clases.
Esta es la segunda letra del ABC del Comunismo.

Pero hasta ahí estamos hablando del Frente Único de Clase, no de Unidad Popular y no es hasta el VII Congreso de la Internacional Comunista, y por el auge del fascismo, que no se acuña el concepto de Frente Popular que desborda el marco de la clase obrera incorporando sectores antifascistas de la burguesía y pequeña-burguesía.

A día de hoy, en España, no tenemos un amenazante fascismo político, pero tenemos una situación de emergencia económica, con un sistema capitalista en crisis. Crisis que ha afectado no solo a la clase obrera, Fordista o posfordista, continuando con la terminología empleada por Alberto Garzón, sino tambien a otros sectores de la sociedad, con los que parece deseable llegar a construir espacios unitarios que permitan superar el principal problema de la crisis del sistema: El propio sistema. Por eso no es ninguna locura, ni significa entregar nada a nadie que generemos, con clara voluntad de intentar dirigirlos, espacios de unidad útiles.

Pero la Unidad Popular se construye no se impone, y si hay Napoleoncillos que no ven más allá de sus encuestas, que no comprenden la importancia del momento, nuestra obligación es seguir avanzando al margen de ellos. Es nuestra obligacion y seguiremos adelante.
 

martes, 23 de junio de 2015

Dignidad

Desconozco, todos desconocemos, como acabará el durísimo trance que se está obligando a pasar al pueblo griego. No sabemos hasta que punto tendra que rebajar Syriza sus posiciones, en una lucha desigual ante los poderosos del sistema. Sabemos, eso sí, que dentro de la propia Syriza hay un vivo debate, en el que yo no voy a entrar, no tengo ni elementos de juicio ni autoridad moral para hacer juicio alguno.
Lo que tengo es envidia, no de las penalidades de los trabajadores griegos sino de su capacidad para haber escogido un gobierno capaz de pelear con dignidad por sus intereses, sin arrastrarse ante los todopoderosos. Cada vez que un banquero frunce el ceño o se le abre la úlcera gastroduodenal, el pueblo griego triunfa, cada vez que un inversionista en un fondo buitre deja de conciliar el sueño vuelve a triunfar el pueblo griego. Como muchas veces afirmamos de la Revolución y el pueblo cubanos, pueden no ser nuestro modelo, porque las condiciones son muy diferentes, pero siempre serán nuestro ejemplo, ejemplo de dignidad y resistencia.
¡Qué diferencia con nuestros patéticos gobernantes! Ayer José Luis Rodríguez Zapatero, al que Mariano Rajoy Brey calificó de bobo solemne para ser luego, él mismo, más solemnemente servil ante quienes realmente detentan el poder.
Me gustaría ser griego y poder ir a manifestar el apoyo a mi gobierno a cualquier plaza. Pero no puedo, soy español y estoy condenado a ver como quien me gobierna se arrastra con los deberes hechos, recordándome al niño pelota, rastrero y chivato, que había siempre en cualquier aula de nuestra infancia, que se lanzaba en plancha para dejar constancia ante el maestro que el había hecho los deberes, buscando las migajas de que le dejara al cargo de la clase, cuando el maestro se ausentaba. Cada vez que oigo a Rajoy o a De Guindos recordarle a Grecia que ellos han hecho los deberes, recortando las pensiones y los derechos de los trabajadores y liquidando conquistas sociales que nos costaron años de lucha, y que los acuerdos hay que cumplirlos,  recuerdo al Gustavín de turno baboso y pelota hasta la naúsea.  Y lo que se vislumbra al lado no es más reconfortante: La exhibición, con el más puro american way of life, del candidato Pedro Sánchez, lo de la bandera casi es lo de menos, en el Circo Price con un mensaje que, pese a sus esfuerzos, no es ni siquiera socialdemócrata es para echarse a llorar.
Solo la Unidad Popular puede terminar con este estado de cosas mandando a los dos al banquillo , algunos nos hemos empeñado en ese objetivo y haremos lo posible para lograrlo. Otros bizquean, con un ojo miran encuestas con el otro su propio ombligo. En su alero está la pelota. Así lo señala Alberto Garzón en un artículo con el que, en líneas generales, estoy de acuerdo aunque matizaría, entrando más a fondo en algunas cuestiones como la hegemonía de la pequeña burguesía aparentemente izquierdista en las nuevas organizaciones políticas.

jueves, 18 de junio de 2015

Lo Importante

Anda el dueño de esta bitácora, en la que da cabida a este humilde aprendiz de espía, sumido en profundas meditaciones sobre cuestiones accesorias, como:
¿Que va a pasar con IU en Madrid?
¿Vamos, como en Italia, hacia la disolución de la Izquierda?
¿La Unidad Popular puede, y debe, hacerse sin PODEMOS?
Y otras igualmente secundarias, que le mantienen seriamente preocupado, y no está prestando atención a lo verdaderamente importante: Ni liga, ni copa, ni champions. Dramático.
Habrá, porque hay gente pa tó, quien se consuele con los triunfos en baloncesto, a falta de lo que ocurra en la liga, y yo no voy a decir que no me alegro, pero he de decir que se trata de un deporte que no acabo de entender después de haber espiado miles de partidos, y cuando creo haber comprendido alguna de sus intrincadas reglas, van y la cambian. Sirva como ejemplo que cuando, allá por los años sesenta del pasado siglo, comencé a interesarme por el baloncesto había una infracción llamada cámino que sancionaba el exceso del número de pasos, quizás por eso pasó a llamarse pasos, que se dan sin botar el balón, y que se sanciona a criterio absolutamente subjetivo de algún árbitro y que no tiene nada que ver con el número real de pasos dado, y la cosa se convierte en delirante si el partido es de la competición norteamericana llamada NBA, allí un fulano coge un rebote en su canasta, da cinco o seis saltos, dignos de una competición de salto de longitud, y sin que nadie pite ná de ná se planta en la canasta contraria sin que el balón haya tocado el suelo. Hay, o había, otra infracción curiosa, la llamada zona y que hace referencia al tiempo que puede estar un atacante, sin balón, en una determinada parte acotada de la canasta contraria, que los entendidos suelen llamar bombilla, y en la que la subjetividad arbitral vuelve a ser determinante, porque da la sensación de que hay jugadores que viven allí, que casi pueden inscribir, como lugar de residencia habitual, la bombilla en el Registro de la Propiedad sin que nadie diga ni mú. Mundo aparte son las llamadas faltas personales, supongo que llamadas así por contraposición a posibles faltas impersonales, cometidas por algún ente ignoto. Diferenciar las llamadas de ataque , de las otras, que habrá que suponer que son de defensa, es altamente complicado y no es difícil, incluso en el mismo partido, ver como dos acciones aparentemente análogas, con el atacante encarando la canasta y el defensor que se interpone yéndose al suelo, se pitan en sentido contrario con el curioso argumento de si tenía o no tomada la posición. No menos estupefactante es aquello de ...y vale la canasta tras una falta personal y llegaba al delirio,  con vale la canasta y personal en ...¡¡¡ataque!!!, aunque parece ser que, como tantas, la regla ha cambiado, lo hizo en los años ochenta,  y sólo se concede cuando la falta es claramente posterior a la canasta. Por no hablar de los tiros libres, ¿que ha sido del uno más uno, o del tercer tiro cuando se fallaba uno de los dos primeros? ¿Y las faltas intencionadas? Cuando faltaba poco tiempo, con el marcador ajustado, el equipo que perdía recurría a hacer falta en la esperanza de recuperar el balón en el menor tiempo posible, sensu stricto eran todas intencionadas pero no se sancionaba, posesión de balón tras los tiros libres, prácticamente ninguna, y quizás por eso, por presunta coherencia, han pasado a llamarlas antideportivas por más que estamos en lo mismo, toda falta hecha a próposito es, por defnición antideportiva. En definitiva, es un deporte que no me engancha, porque no acabo de entenderlo, más allá de que celebre con jolgorio los triunfos de los míos, porque cuando, allá por los años setenta era asiduo asistente a los partidos de voleibol , con un equipo que, literalmente, se había construido, a golpe de talonario, con los jugadores del equipo, o lo que sea, rival: los indios rojiblancos, no era  porque fuera el voleibol un deporte, para mí atrayente.
Quiero decir que bienvenido sea el triplete de baloncesto, si se consigue, pero eso no amortigua ni un ápice la preocupación por la sequía futbolera. Los que conocen a este espía saben de sobra que el hecho de que haya sido el Barça quien haya conseguido los tres títulos me importa más bien poco, no sufro, desde hace muchísimos años, de antibarcelonismo de ningún tipo, es más me divierte contemplar el profundo disgusto que producen las victorias blaugranas en la caverna más profundamente reaccionaria, que gusta de envolverse en la bandera, presuntamente española, puesto que hay españoles, y este espía ha pododo comprobarlo, que no la sienten como tal. Diferente, muy diferente, hubiera sido el, improbabílisimo, caso de que se lo hubieran llevado los indios metropolitanos que acampan al sur de Madrid. Además han ganado los tres títulos, prácticamente, sin entrenador, y de hecho el equipo empezó a mejorar cuando los jugadores pasaron, olímpicamente, de las absurdas e incoherentes decisiones de quien, teóricamente, les dirigía. Y por otra parte tienen en sus filas un jugador, Neymar, por el que no ocultó mi debilidad, más allá del costo real de su traspaso, y que ha sido, junto con Luis Suárez, determinante a la hora de obtener los títulos, sin olvidar la contribución de otros como Piqué, Mascherano o Dani Alves, que ha hecho una de las mejores campañas desde que aterrizó en Can Barça. Sinceras felicitaciones, pues, al Barça y sus seguidores.
La de los blancos ha sido una temporada extraña, tras un incio titubeante, encadenó una racha de victorias, y,  lo que es más importante, una altísima calidad de juego. Sin embargo ha habido una no óptima gestión de la plantilla. Por un lado, se han sucedido lesiones de índole muscular que no dejan en muy buen lugar la preparación física del equipo, y puede haber sido determinante para que Ancelotti no continúe, por otra parte la plantilla, además de parecer descompensada, ha parecido no estar bien gestionada, con jugadores, como puede ser el caso de Illarramendi, a los que se les ha negado la posibilidad de asentarse en el equipo. Traer a Lucas Silva a media temporada, para luego no jugar, tuvo que ser un duro golpe para el guipuzcoano, que parece de moral frágil, jugador que debió tener un papel más importante tras la inesperada huida de Xabi Alonso. Tampoco el resto del segundo escalón de la plantilla Jesé, Chicharito, etc. han tenido el peso necesario, más allá de algunos minutos de la basura. Todo ello, trás la inexplicable alineación de Bale, en un lugar que no es el suyo ¿alguien recuerda, Bartra desde luego, cómo y desde donde, se coció el gol que les dió la Copa del Rey? El equipo llegó a final de temporada fundido y despistado.
No lo va a tener fácil Benítez, en primer lugar, y a pesar de la etiqueta de hombre de la casa, al madridismo le va a costar olvidar cuando, siendo entrenador del Valencia y en una liga que acabó ganando, espetó la desafortunada frase de : Aquí hay que hacer el doble para llevarse la mitad, después de un penalty dudoso con el que fue castigado, además fue el segundo de Del Bosque, una de las personas que, a pesar de ser también hombre de la casa, concitan menos simpatías dentro del madridismo, entre otras cosas porque, equivocadamente, el seleccionador ha equivocado al Presidente, al que tiene explicable rencor, con la Institución misma. Ese mismo madridismo con memoria no le perdona a Casillas su ya famosa llamada a Xavi, poniendo los intereses de la Selección por encima de los del equipo, por más que la llamada fuera todo lo tensa que el capitán merengue quiera, y ese va a ser un incendio que el nuevo entrenador va a tener que sofocar y Ancelotti, hombre conciliador donde los haya, no lo consiguió.
Estas cuestiones son las que, a jucio de este Espia Otomano, son realmente importantes.
 

miércoles, 17 de junio de 2015

Sectarismo viene de Secta

En su segunda acepción la RAE define al Sectario como intransigente o fanático. Por otra parte un sectario, por lógica, es el componente de una Secta, vocablo que, para la citada RAE, corresponde a tres definiciones:
1. Doctrina religiosa o ideológica que se diferencia o independiza de otra
2. Conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica
3.Conjunto de creyentes en una doctrina particular o de fieles a una religión que se considera falsa 
Descartaremos la tercera porque en estos asuntos la consideración de verdadero o falso no es objetiva, a mí la Religión Católica, y las religiones en general, me parece falsa,  mientras que para un creyente sus dogmas son verdad revelada. Con ese descarte y tomando como base lo que dice nuestra Real Academia Española bien podíamos definir a un sectario como a aquel seguidor intránsigente, o fanático, de una parcialidad religiosa que se ha diferenciado o independizado de otra.
Con esta definición en la mano, y cada vez más reforzado por el éxito en las urnas,  se va apreciando un cada vez más acusado sectarismo en el núcleo dirigente, y que dirige con mano férrea, ese nuevo partido llamado PODEMOS. Que los dirigentes de PODEMOS, muchos o algunos de ellos, proceden de Izquierda Unida es archiconocido, no solo Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero han tenido diversos grados de vinculación con Izquierda Unida, sino que otro destacado dirigente, Rafael Mayoral, ha formado parte, conmigo, del Comité Central del Partido Comunista de Madrid hasta poco antes del último Congreso del mismo, órgano desde el cual nos regalaba estupendos, y muy bien construidos, discursos a los que solo les faltaba la conclusión, que posteriormente conocimos: cerremos este Partido y fundemos otro. La otra condición de sectario, la del fanatismo y la intransigencia nos retrotrae, al menos a mí que tengo edad para ello, al principio de los años ochenta, cuando el PSOE, despues de haber laminado electoralmente a los comunistas, a todos los comunistas y no solo a los del PCE, lanzó la idea estratégica de la casa común de la izquierda casa que era, naturalmente, ellos mismos. Y lo hacía desde unos supuestos regeneradores de la sociedad , el cambio, y con una actitud que oscilaba entre el menosprecio y la benevolencia piadosa: Los comunistas habeis luchado mucho y se os agradacen los servicios prestados, pero ahora las cosas son de otra forma y aquí [en el PSOE] nadie os va a preguntar de donde venís. Exactamente los mismos argumentos con los que, a día de hoy, los máximos dirigentes de PODEMOS intentan justificar, sin demasiado éxito, su afirmación de que la Unidad Popular son ellos, y sólo ellos. Si aquella posición del PSOE nos pareció, a mi me pareció, sectaria y prepotente, a día de hoy, en este aspecto, no he cambiado de criterio.
Sin embargo soy consciente de la realidad circundante, y en ese contexto, en la necesidad de configurar una alternativa viable al sistema, apuesto, decididamente  por la Unidad Popular. Y en esa Unidad, sin apriorismos, hemos de caber todos, con nuestros análisis y nuestra mochila, y quien, sea quien sea y, a lo mejor, en algún momento, lo hemos sido nosotros, pretenda constituirse como epicentro mismo del proceso estará dando muestras de un irresponsable e insoportable sectarismo.

viernes, 12 de junio de 2015

El futuro de IU en Madrid.

Los muertos que vos matais, gozan de buena salud. 
Sería yo un pretencioso, o un orate, si me atreviera a afirmar que Izquierda Unida en Madrid goza de buena salud. Está enferma, muy malita, pero no está muerta y además, por primera vez ha ido al médico y el diagnóstico parece claro: Padece una enfermedad interior, una especie de autoinmunidad que, de no ponerle remedio, acabará por teminar con ella.
No cabe duda que a su propia enfermedad interior le ha sumado un notable agravamiento la aparición de elementos exógenos que la han debilitado aún más, pero de haber estado fuerte, de haber estado cumpliendo el papel para el que nació, ya podían las teleprogres y los medios de comunicación interesados haber potenciado ésta o aquella formación emergente de nuevo cuño, que nuestra fuerza, nuestro discurso, nuestra organización, hubieran podido resistir perfectamente. Sin embargo hemos demostrado ser un gigante, o gigantillo, con pies de barro. Nuestro crecimiento era, únicamente, electoral. Nuestra organización ha permanecido estancada numéricamente mientras que crecían las expectativas electorales, no hemos sido capaces, no hemos sabido, consolidar organizativamente nuestro crecimiento y, a las primeras de cambio, nos hemos derrumbado, o al menos se ha derrumbado la superestructura visible, con cierto estrépito. ¿Porqué ha ocurrido tal cosa? ¿Porqué nuestro aumento de influencia electoral no ha tenido correspondencia organizativa?. No hace falta mirar fuera, con un espejo basta. Militar en IU, al menos en Madrid, es poco, muy poco, atractivo. La capacidad de influencia de un afiliado en participar en la elaboración colectiva de políticas y estrategias, sin estar vinculado a una de las "familias", "sensibilidades" o "capillitas" que pululan por nuestra organización, es escasa o nula, y eso hace que la transición necesaria de afiliado a militante sea escasa, e igualmente la de simpatizante, o votante, a afiliado. En no pocas ocasiones he animado, con éxito desigual, a compañeros de Alpedrete a que participaran en la vida cotidiana de la organización, no sólo en los órganos regulares sino también las áreas de elaboración y similares, y los pocos que han dado ese paso han quedado, al poco tiempo, espantados. Solo los que, como yo, somos auténticos toxicómanos de la política, capaces de,  con el culo di ferro al que hacía referencia Enrico Berlinguer, aguantar horas y horas de sentadas, soportamos, y a veces con difcultades, maratonianas reuniones, yermas desde el punto de vista intelectual.
¿Describen o regulan los Estatutos de IU, el verdadero proceso por el que pasan los órganos antes de aprobar lo que sea menester? Ni de lejos. La lógica organizativa, que algunos echamos de menos, exige un calendario que jamás se cumple y que básicamente debería consistir en que la dirección: El Coordinador o la Comisión Ejecutiva, elabora un informe, coyuntural o estructural, en base al cual se hacen propuestas políticas tácticas o estratégicas, que con la debida antelación se hace llegar a los miembros del correspondiente órgano para que hagan un análisis, si puede ser en el seno de su Asamblea de base (y las nuevas tecnologías no exigen para ello una reunión física) mejor,  de manera que junto con el debate, debidamente ordenado, que se produzca en el seno del propio órgano cada miembro del mismo tome una decisión analizada, reflexionada y meditada sobre el informe presentado.  ¿Se hace así? Desgraciadamente no:
-El informe en cuestión, como muy, pronto está dispuesto el día antes de reunir el órgano que ha de aprobarlo, en muchos casos la misma mañana, y en algunos, minutos antes de empezar la reunión. Y casi nadie protesta porque en el fondo lo que diga, como podremos ver en el verdadero calendario a seguir, el informe a aprobar es secundario.
-Los impulsores o dirigentes o muñidores, llámese como se quiera, de las diferentes "familias" contactan o se escudriñan para ver en que momento se está en relación con la dirección de turno para, una vez debidamente contados los "soldados", la "tropa disponible", apoyar, apoyar críticamente o retirar su apoyo, dependiendo del momento político en que se esté, y sobre todo, la cercanía a la confección de listas, internas o externas.
-Tras la lectura o explicación del documento en cuestión, quizás la única parte verdaderamente política de la reunión, se procede a una interminable ristra de intervenciones de un par de minutos, a las que prácticamente nadie presta atención ninguna porque todos los asistentes, en función de la "familia" a la que pertenezcan tienen predeterminado el sentido del voto. Los no pertenecientes a ninguna "sensibilidad" hastiados y aburridos suelen abstenerse.
-Se vota y el resultado es independiente de lo debatido, con mayor o menor acierto, por los asistentes.
Este modelo de funcionamiento, o mejor de anquilosamiento, es malo para un partido político, incluidos los procedentes de la tradición organizativa de la III Internacional y mil veces malo para una organización como Izquierda Unida que nació como una coalición de partidos para irse convirtiendo, al menos intentándolo, en un movimiento político y social capaz de aglutinar a la pluralidad de la izquierda política y social. Izquierda Unida no debería funcionar como un partido político, porque no lo es, pero al menos, de hacerlo, hágase con garantías democráticas mínimas, algo que este modelo de "mesacamillismo" basado en oscuras reuniones y en pactos, en muchas ocasiones, inexplicables con los "menganos" aliándose a los "zutanos" , cuando eran, aparentemente irreconciliables, para dejar en fuera de juego a los "perenganos" en su apoyo a la Ejecutiva.
Este es el modelo que, más allá de la lectura y análisis que hagamos de los procesos de Unidad Popular pasados, y con los que no soy especialmente complaciente, más allá de los que vengan, con los que soy francamente, y en el sentido más gramsciano del término, optimista, hay que definitivamente enterrar, y espero que, al menos en Madrid, el próximo domingo 14 demos, y nos ayuden a dar, el primer paso. Hemos sobrevivido, con gran esfuerzo, a unas formas organizativas que nos hacían consumir la mayor parte de nuestros recursos en clave interna, en la puta fontanería , y perdóneseme la expresión, lo que nos ha dejado, en muchos momentos, exhaustos a la hora de afrontar la realidad social. No hemos sido, capaces, y esa era nuestra obligación, de generar conflicto social, de dotarle de carácter político. Hemos trabajado, a veces mucho, de manera voluntarista, la peor de las maneras, en mareas y conflictos, sin criterio definido como organización. Es el momento de decir ¡Basta!
Hay quien, sin duda añorando un modelo en el que a título individual le ha ido muy bien, se retrotae, ni más ni menos, que a Gerardo Iglesias, como si la sociedad española no hubiera cambiado, para buscar la reinvención de Izquierda Unida, pues bien que quien, desde las más reaccionarias cadenas de Televisión, lleva tiempo insultando a dirigentes de IU se escandalice ahora porque los órganos en los que están esos dirigentes, y en concreto la Presidencia y el Consejo Político Federal, tomen medidas al respecto podría parecer de risa si no fuera porque es patético. Cabría aquí gritar alto y claro: ¡Que reinventen ellos!.
Otros, los que se agrupan en el llamado Espacio Plural , con compañeros por los que tengo aprecio personal y respeto político pero que no dejan de ser unos de esos zutanos o perenganos a los que el mesacamillismo, en el que han demostrado ser auténticos expertos, les proporciona, o ha proporcionado, un peso dentro de la organización que no se corresponde con el trabajo político realizado en la sociedad, ponen el grito en el cielo, no basándose en términos políticos sino exclusivamente estatutarios. Yo no soy un experto en cuestiones jurídicas, mi formación académica es absolutamente de Ciencias, y no sé hasta que punto una organización federal tiene que tragar con que una de sus supuestas federaciones se pase por el arco del triunfo las políticas decididas por la dirección federal que es lo que ha venido haciendo, de forma sistemática y desde hace mucho tiempo la dirección de IUCM, y que esa misma dirección federal se tenga que tragar también una gestión económica ruinosa, es, por lo menos, discutible y de hecho es , aproximadamente, lo que ocurrió con Ezker Batúa, organización con carácter jurídico propio como IUCM, que ganó en los tribunales su derecho a llamarse Ezker Batúa pero que dejo de formar parte del proyecto federal, y no confederal, que es Izquierda Unida. Pero es que además de ser discutibles, no son estatutarios o jurídicos los argumentos a valorar, sino políticos, y políticamente el modelo IUCM es insostenible. ¿No nos damos, o no queremos darnos, cuenta que mientras estamos sumidos en fontanear quien es el tres o el seis de la lista tal o cual, o cuantos miembros corresponden a este o aquel Consejo Político, a esta o aquella Presidencia, llegan los Podemos, Restemos, Ganemos, Sumemos, en definitiva, Estemos, y hegemonizan los espacios de Unidad Popular que se generan y que , en muchos casos, hemos generado nosotros mismos? ¿Nos limitamos a lamernos las heridas y echar la culpa a las televisiones del, indudablemente inmoral, apoyo prestado a determinados nuevos partidos, con el exclusivo fin de hacernos daño? ¿O mejor nos ponemos a trabajar seriamente en conseguir que la Unidad Popular, siempre necesaria, este hegemonizada por nosotros? Se trata de preguntas, evidentemente, retóricas.
Y no se trata como algunos, y sobre todo algunos medios de comunicación, afirman de que se trata de disover IU en PODEMOS. Ni de lejos, al menos no en mi caso. Pocos compañeros, ni entre los que abogamos por una nueva IU en Madrid, ni entre los que se mantienen en IUCM, van a ser tan críticos, como yo mismo, con lo que ha significado la eclosión, y el momento en que  eclosiona ese nuevo partido, que coincide con nuestro mejor momento electoral, y desgraciadamente sólo electoral, de forma, a mi entender, no casual. He manifestado, por escrito y a quien me ha querido oir, que creo que en Ahora Madrid se deberían haber hecho las cosas de otra forma pero que si no hemos podido, y reconozco que nuestra propia situación interna ha jugado en nuestra contra, deberíamos incidir en que nuestro modelo se acerca más a Barcelona en Comù que a Ahora Madrid y explicando el porqué, que va más allá de lo fórmula jurídica adoptada. Los que me conocen, y a los que no se lo quiero dejar claro, que, ni de lejos, soy yo un simpatizante de PODEMOS ni de lo que significa, y precisamente por eso, no voy, no debemos, consentir que sean ellos quienes piloten la Unidad Popular, pero no haciendo como el avestruz ignorando su existencia sino asumiendo que están ahí y con un obvio protagonismo social.
El futuro de Izquierda Unida en Madrid pasa por el domingo, sea cual sea el resultado yo seguiré en un proyecto en el que creo pero espero, con ilusión, que se nos faciliten las cosas.

domingo, 7 de junio de 2015

Orden de alejamiento

Dejando claro que, tal y como el propio Alberto Garzón repite una y otra vez, la necesaria política de convergencia hacia la Unidad Popular no pasa por la dilución de IU en "otra cosa", independientemente de la importancia de las siglas (algo que no ocurrió en Ahora Madrid y que hace este espacio esencialmente diferente de Barcelona en Comù)
Dejando claro que, tal y como, muy acertadamente, señala el mismo Alberto Garzón, la Unidad Popular no puede descansar en un único protagonista, ni hoy en PODEMOS ni, al principio de la II República en el PCE dirigido por el grupo "Bullejos-Adame-Trilla".
Dejando claro que, en base a los dos párrafos anteriores, suscribo, asumo y apoyo lo decidido, todo lo decidido, por la pasada Presidencia Federal de IU, me permito, desde la humildad de un simple militante de base, sugerirle al compañero y camarada Alberto Garzón, que deje de hacer llamamientos, que a veces parecen desesperados, a la Unidad Popular a quien, por activa y por pasiva, una y mil veces, han dejado claro que la Unidad son ellos y solo ellos, y que su estrategia pasa pasa por nuestra desaparición.
No vaya a ser que al final un juez tenga que hacer con nosotros lo mismo que con un novio acosador, dictar un orden de alejamiento.

viernes, 5 de junio de 2015

IUCM

No me resisto, aun sin haber hablado con nadie, a dar mi opinión sobre lo que está ocurriendo en Izquierda Unida en Madrid. La Ejecutiva de IUCM, o lo que quedaba de ella, ha seguido el camino adoptado por su coordinador, Eddy Sánchez, tras el resultado de una primarias que, claramente, les desautorizaba. No todos los que votamos la candidatura de Tania Sánchez, a tenor de lo ocurrido después, estabamos votando lo mismo. Algunos, no sé si muchos o pocos, apoyamos esa candidatura para, aprovechando el tirón mediático de la entoces compañera, intentar la supervivencia de Izquierda Unida frente al previsible huracán PODEMOS. Y demostré ser ingenuo y confiado cuando, en un acto celebrado por la candidata en Moralzarzal, creí las palabras de Tania Sánchez afirmando que "si había que confrontar se confrontaría" en clara referencia al precitado partido. Con la misma confianza participé en las primeras reuniones, y apoye en ruedas de prensa, de "Cambiar Madrid", pensando entonces, y sigo pensando ahora, que los procesos de confluencia y convergencia propuestos eran la manera de generar alternativas a ese falso modelo de "Unidad Popular" propuesto por Pablo Iglesias, Iñigo Errejón, Rafael Mayoral, etc.
No me arrepiento, en absoluto, de lo que he hecho, aunque, obviamente, las cosas no han ocurrido como yo pensaba que debían ocurrir. Para muchos compañeros, puede que la mayoría, que apoyaron las candidaturas de Tania y Mauricio, no sólo PODEMOS, como partido constituido de la forma más clásicamente socialdemócrata como maquinaria electoral, era pieza clave, sino que, lo que a mi entender es más grave, adoptaba la metodología "15M" como elemento básico en la construcción de espacios y plataformas unitarias. Una metodología válida, y mucho, para un movimiento como el 15M, pero que trasladada a aspectos organizativos, de espacios netamente políticos, es muy susceptible de ser manipulada.
Todo hubiera sido, estoy seguro, de otra manera si con Eddy Sánchez hubiera dimitido en bloque la Ejecutiva de IUCM, sin reservarse extrañas "coordinaciones colegiadas" y hubieran dado un paso atrás, sin embargo prefirieron refugiarse en la "legalidad estatutaria" contribuyendo, sin ser los únicos, que conste, a una ruptura irreversible de IUCM.
No tengo ni idea de lo que va a ocurrir ahora, pero creo que solo desde fuera, es decir desde la dirección federal, y de manera objetiva, limpia y democrática, se puede pilotar el proceso, que no me atrevo a denominar, construya o reconstruya la necesaria organización de la izquierda en Madrid. Espero que en la dirección federal impere el sentido común que en Madrid, evidentemente, nos ha faltado. En las actuales circunstancias una Asamblea Extraordinaria de IUCM puede ser un simple "brindis al sol"

miércoles, 3 de junio de 2015

Los pitidos

Dejando claro que mi bandera es la roja con la hoz y el martillo y mi himno la Internacional, aunque he de reconocer que el escudo de mi Madrid-preferiblemente sin coronas añadidas- y las mocitas madrileñas, salvando las distancias,  también me emocionan lo suyo. Dejando eso claro, repito, no me resisto a comentar lo acaecido, y por otra parte requeteanunciado, el sábado pasado en la final de la Copa del Rey. 
La primera consecuencia de la monumental pitada, parece ser que superó de largo el centenar de decibelios, es que se está hablando más de ella, de la pitada, que del partido en sí mismo, de manera que nos quedaremos saber en que momento los jugadores del Atlhetic renunciaron a ser gudaris aspirantes a conducir la gabarra por la ría, para convertirse en meros espectadores de los gambeteos del portador del número diez de la zamarra azulgrana. Desde luego, si el sábado próximo los defensores de la Juve muestran la misma condescendencia que la mostrada por los otrora leones,  y en estos momentos apenas cachorrines de gato doméstico, el ansiado, y muy probablemente merecido, triplete, está al caer. Podemos felicitarnos los contribuyentes de que los funcionarios de hacienda estén siendo más rigurosos a la hora de afrontar los regates fiscales del idolatrado jugador culé que los defensores del Atlhetic con los deportivos.
De haber estado presente en el evento, algo harto improbable dada mi absoluta falta de interés por el mismo, es muy probable que me hubiera abstenido de manifestar mi desagrado por la Marcha de Granaderos. Puede que se trate de una pachanga de escaso valor musical, que lo es. Puede que sea el fruto de una victoria militar de un ejército sedicioso que se levantó en armas contra su propio pueblo. Puede que su imposición como himno de la monarquía parlamentaria, como la propia monarquía o la bandera bicolor, fuese el fruto de una transición política con una correlación de fuerzas desfavorable, muy desfavorable, para los demócratas. Todo ello es cierto y, para mi, tiene como consecuencia, subjetiva y personal, que detesto tanto la Marcha de Granaderos, también conocida como Marcha Real, o más popularmente Chunda Chunda, como la bandera bicolor, independientemente de el escudo que la complete. Sin embargo, hay muchos ciudadanos, y eso se palpa claramente en los éxitos deportivos, que no entran a valorar, ni siquiera superficialmente los argumentos que he expuesto, que se sienten representados por esa bandera y ese himno, sin que sean unos fachas cavernarios, y que pueden sentirse ofendidos por un suceso de esas características, aunque, todo hay que decirlo, esa ofensa puede estar, y lo está, manipulada.
Por otra parte la dichosa pitada tiene un inconfundible aire de reivindicación identitaria nacionalista, y ahí me afloran al unísono el internacionalismo propio de un aspirante a revolucionario, y mi afrancesado jacobinismo fruto de una construcción cultural que nos hacía, en la larga noche de la oscuridad fascista, mirar al otro lado de los Pirineos.
No me causa ninguna clase de problema ser militante del Partido Comunista de España y, como el conjunto del PCE, aspiro a un Estado Federal en el que todos, en igualdad de deberes y derechos, con nuestra obvias diferencias idiomáticas y culturales, podamos sentirnos razonablemente cómodos.
No recuerdo si fue don Pío Baroja, donostiarra de nacimiento madrileño de vocación, quien afirmó que "El carlismo se cura leyendo y el nacionalismo, viajando" fuera don Pío o no el autor de la frase, dudo con don Miguel de Unamuno, la suscribo como propia.