lunes, 23 de marzo de 2015

Yo me quedo

Al menos mientras mi Partido, el PCE, no modifique lo que viene aprobando en sus Congresos sobre el carácter de Izquierda Unida como elemento estratégico principal, seguiré estando afiliado allí , por más que esa afiliación, en la Comunidad de Madrid sea, como poco, complicada, y esté habiendo compañeros de indudable valía que  abandonan la organización bien de forma inevitablemente "voluntaria", bien directamente expulsados por una dirección, la de IUCM, que está alcanzando cotas de ceguera política que le está llevando a un sectarismo inaúdito y nunca visto incluso para aquellos, que, como yo, procedemos de la cultura política de los Partidos que un día formaron la Komintern. Se está procediendo a una caza de brujas, a una laminación del adversario, que hacen palidecer las del carrillismo a la hora de imponer, a sangre y fuego, su democrático eurocomunismo y todo ello trufado con unas innecesarias y furibundas intervenciones en los medios de la derecha más extrema de aquellos, y aquellas, que más responsabilidad, sin lugar a dudas, tienen en la profunda crisis que azota a nuestra organización en Madrid, no solo por haber elegido y amparado a delincuentes para representarnos en Bankia/Cajamadrid, puede que no supieran lo que hacían con las tarjetas black pero seguro que si sabian las políticas que, en ese ámbito, se apoyaban o amparaban y cuando, en el seno de la propia IU se denunciaban esas políticas, esos pactos que permitían acceder a las mayores responsabilidades dentro de la entidad, el rodillo de la mayoría funcionaba perfectamente para silenciar a los disidentes.
Más allá de tener serias dudas sobre la idoneidad para la izquierda, con o sin siglas, de un proceso como el que ha dado lugar a Ahora Madrid, y teniendo en cuenta que ni vivo ni milito en Madrid ciudad, me parece un atropello que, de forma directa, expulsándolos, o indirecta, forzando los procesos para que tengan que hacerlo ellos, no sólo Mauricio Valiente, sino tambien otros compañeros de IU que le acompañan en la lista que han presentado a las primarias de Ahora Madrid u otros compañeros y compañeras  de Getafe o Alcorcón, tengan que abandonar nuestra organización mientras que los políticamente responsables, y como tales los ha expulsado nuestra dirección federal, siguen pavoneándose como portavoces de los grupos municipal y parlamentario.
Puedo comprender, y de hecho comprendo, que haya compañeros que, hartos de años y procesos, en los que los que hoy, como casi siempre, mandan en nuestra organización quienes les han conducido al desastre organizativo, a la ruina económica y al descredito político se estén planteando el abandonar la organización porque o bien consideran imposible su regeneración o bien creen que ha dejado de ser un instrumento útil para transformar la sociedad. Lo puedo comprender pero no lo comparto. ¿Porqué? Varias razones:
No oculto que esa superestuctura oligárquica que lleva decenas de años controlando IUCM es extraordinariamente hábil en esa tarea, puede que en otras no, en hacer crecer la organización no, en implicarla en la lucha social no, en convertirla en referente no, pero en gobernarla, expertos. Pero que sean hábiles no los convierte en invencibles, no lo son, podemos derrotarlos y hemos estado a punto de asestarles un duro golpe, y solo nuestros errores han conseguido que pasaran de una situación a la defensiva a una a la ofensiva forzando la salida de quienes más claramente se oponen a ellos. Creo, y por eso no voy a irme, que los pudimos derrotar si tras las primarias, un proceso que convocaron sin creer en él y con el claro objetivo de torpedearlo desde su inicio, hubieramos consolidado lo avanzado, que era, a mi juicio, mucho, en lugar de lanzarnos a por todo. Han conseguido, y con ello han demostrado gran habilidad, transformar los procesos de convergencia que habíamos aprobado al elegir a los candidatos que abogaban por ellos, en procesos de convergencia con PODEMOS, una fuerza con la que es muy difícil confluir, entre otras cosas porque demuestran, una y otra vez, que en su estrategia para alcanzar el poder, o mejor el gobierno, en las próximas generales es imprescindible que nosotros desaparezcamos. Las condiciones impuestas, por ellos, en Ahora Madrid, y de ahí mis dudas a ese proceso, corroboran lo expuesto. En definitiva, si son vulnerables es posible derrotarles, algo imposible desde fuera de la organización. Cada abandono o expulsión, para ellos es una victoria.
Porque, y ahí va una segunda razón, ¿Si nos vamos de IU, a dónde vamos? Hay compañeros, y así, legítimamente, lo expresan que manifiestan que se puede hacer política fuera de IU. Es posible, o más bien seguro que sí, se puede hacer política fuera de IU, pero no es esa la pregunta, lo adecuado es preguntarse ¿es útil hacer política, para transformar la sociedad, al margen de IU? Mi experiencia, y no es poca, me dice que no. No es la primera ruptura política que he vivido, y siempre, supongo que será problema mío, he terminado en un grupo minoritario, junto a unos pocos compañeros y compañeras, que seguramente  teníamos razón, una razón que nadie, salvo nosotros mismos, nos dió amparada en análisis, más que correctos, que nunca nos dejaban explicar. Ahora no estoy dispuesto a que eso me ocurra, sin que me pliegue a los desmanes de esa dirección que aborrezco, en algunos casos incluso personalmente. Y por supuesto, el hacer política en el entorno de PODEMOS, ni me lo planteo, no me gusta ni lo que plantean ni como lo plantean, ni sus modos ni sus formas ni sus dirigentes. No me gusta nada.  Y como última razón, una muy local que tiene que ver con Alpedrete, con mi Alpedrete del alma, no estoy en condiciones ni morales ni políticas de poner en riesgo un proceso de convergencia, de real convergencia, de convergencia con aquellos que quieren realmente converger no con quienes quieren acabar con nosotros, por un proceso que tiene que ver, fundamentalmente con el interior de IU, la gente no lo iba a comprender, y yo tampoco.

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