lunes, 1 de abril de 2013

Escrache

Grabé el debate de la otra noche en La Sexta sobre el llamado escrache con el que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) está informando a los diputados renuentes a dar su aprobación a la ILP que, respaldada por un millón y medio de firmas. cuenta con el apoyo de la mayoría de la nación española. El haberlo grabado me ha permitido, además de constatar que soy un enfermo con difícil solución, verlo una segunda vez sin el apasionamiento que me produjeron algunas intervenciones, no es difícil imaginar cuales y, a partir de ahí, sacar algunas conclusiones que pueden ser medianamente objetivas.
La primera conclusión se deriva del hecho innegable de que cuando uno habla convencido de lo que dice, y además sus argumentos son de peso, está por encima de sus interlocutores. Y así ocurrió, tanto Rafa Mayoral como Ada Colau estuvieron muy por encima del resto de los intervinientes, hasta el punto de que un provocador nato como Fernando Sánchez-Dragó mantuvo un perfil bajo, pretendiendo, él ,que disfruta provocando al defender las causas más reaccionarias que pueda uno imaginarse, colocarse en terreno de nadie, equidistante de todo. Patéticas resultaron las intervenciones del director de La Razón, Francisco Marhuenda, que, con el norte definitivamente perdido y una empanada mental notable, llegó, intentando defender lo indefendible, a afirmar que los desahucios son una invención de la propia PAH. Si esos son los argumentos del  director, poco se puede esperar de ese periódico.
La segunda conclusión no merece perder demasiado tiempo con ella. Para ser concejal del PP vale cualquiera. El que asistió, de Elorrio, estuvo, utilizando un lenguaje taurino, fuera de cacho en todo momento dejando algunas afirmaciones que más que del Club de la Comedia, pudieran serlo del del Drama. En el mismo discurso, por definirlo de alguna manera, defendió que los ciudadanos protestaran y se manifestaran y que apoyaran las medidas del gobierno. Y no era esquizofrenia, simple estupidez.
Y la tercera, más que una conclusión es una reflexión. Tanto Colau como Mayoral consiguieron, con notable éxito, que el debate no girara en torno al escrache, que era, inicialmente, el tema para el que se había convocado, sino sobre los propios desahucios, la ley hipotecaria e incluso la calidad misma de este sistema democrático. Y es que este tipo de acciones, y no afirmo, si acaso me pregunto, pueden dar lugar a que la PAH pase de estar a la ofensiva, parando deshaucios, a estar a la defensiva, entrando en un debate espúreo sobre si son acciones violentas o no, sobre si atentan, o no, a éste o aquel derecho individual.  Porque ese no debe ser el debate, Y creo, humildemente, que la PAH comete un error si entra en la calificación de estas acciones como violentas o no violentas. Primero porque las etiquetas éticas desde le código moral burgués son, casi siempre mentirosas y segundo porque la violencia puede ser perfectamente legítima. Lo es cuando uno, por ejemplo, intenta defenderse de un atracador, ¿No ha de serlo cuando un desahuciado increpa a un legislador que tiene en su mano revertir una injusticia y no lo hace? Los discursos victimistas de algún diputado quejándose por el sufrimiento de sus hijos, son pura anécdota, ante el drama real de familias con sus hijos en la calle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la ley ... hay que cambiar la ley.