miércoles, 20 de junio de 2012

Ayer contrarios, Hoy camaradas

El espía otomano escribe:
Parece que ha pasado un siglo, y aunque efectivamente hemos cambiado de siglo no hace tanto que este espía auscultaba las relaciones entre dos Partidos, el PCE y el PCP, que por razones diversas, ademas de su proximidad geográfica ambos eran el máximo exponente de la resistencia al fascismo, parecían condenados a entenderse. Y sin embargo no era así. Eran los años setenta del siglo pasado. Eran los años en los que el dueño de esta bitácora, mi anfitrión, estaba fuera de la organización oficial del PCE, harto del antisovietismo militante de la dirección del Partido, con Santiago Carrillo a la cabeza, junto con otros comunistas peleó al mismo tiempo, contra el revisionismo carrillista y contra el franquismo desde el PCE (VIII-IX) , que no eran demasiados, más bien eran muy pocos, pero con una incuestionable formación teórica aunque, a veces su excesiva ortodoxia marxista-leninista, les llevara a posiciones en exceso maximalistas, sirva como ejemplo su llamamiento a la abstención para las elecciones del 15 de junio de 1977, las que dieron lugar a las Cortes Constituyentes .

Con todo, este núcleo de comunistas participó activamente en el proceso que acabó, ya en los años ochenta con la unificación de la práctica totalidad de los comunistas que por diversas razones se habían ido oponiendo a la deriva ideológica y política que había supuesto el eurocomunismo en el PCpunto (posteriormente PCPE). El alejamiento de Santiago Carrillo de la dirección, que terminó siendo expulsado del Partido, y el cambio de estrategia que supuso el abandono de sus posiciones, facilitó que muchos comunistas se integraran, de forma natural, en el Partido del que se sentían, desde siempre, parte a todos los efectos, el Partido Comunista de España.
En esta deriva, sin sentido, por las aguas del eurocomunismo, el PCE no iba solo, a su lado comenzaban a naufragar el PCF de Georges Marchais, que lentamente parece recuperarse, y el PCI de Enrico Berlinguer, finalmente desaparecido como tal, aunque en parte el Partido de la Refundación Comunista recoge el testigo. Alvaro Cunhal y el Partido Comunista Portugués no les  acompañaron en ese viaje, se mantuvieron firmes en sus posiciones internacionalistas firmemente alíneados con la URSS y el campo socialista. Y con esas posiciones firmes, y fundamentalmente, a juicio de este espía, gracias a ellas, su protagonismo durante el periodo revolucionario iniciado el 25 de abril de 1974 le llevó a estar a punto de dar impulso definitivo a Portugal en el camino del socialismo real.
Durante este periodo, las relaciones entre ambos Partidos Comunistas ibéricos fue tensa, cuando no hostil, y de hecho en el proceso que había de dar lugar al PCpunto los comunistas portugueses no ocultaron sus preferencias.
Hoy las cosas han cambiado, las relaciones son fluidas, aunque el PCP no está, formalmente, en el Partido de la Izquierda Europea , si lo está la la coalición que impulsa, junto al Partido Ecologista "Os Verdes" (PEV) e Intervención Democrática  (ID),  la CDU, mientras que el KKE griego es radicalmente contario a esa estructura europea.
Si los Partidos Comunistas del Sur de Europa fueran capaces de elaborar una estrategia común, a juicio de este espía habrían dado un paso de gigante en el camino de Europa diferente de la que se está construyendo ahora.

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