lunes, 31 de enero de 2011

Centinelas de occidente

Occidente, con su líder ,EE.UU., a la cabeza es extraordinariamente celoso de que se cumplan los requisitos que caracterizan a lo que los propios estamentos dirigentes, que sólo a veces coinciden con los gobiernos, occidentales consideran la democracia....excepto...si existen circunstancias que puedan alterar la estructura de dominio estratégico mundial que nosotros, los comunistas, sin ningun género de dudas, identificamos con la fase superior del capitalismo: El Imperialismo.
Durante el periodo inmediatamente posterior a la II Guerra Mundial, el enemigo, ese fantasma que recorría el mundo, lo constituía el otro lado del telón de acero, el bloque de paises que, con mayor o menor acierto, estaban empeñados en la construcción del Socialismo, con la Unión Soviética a la cabeza. Para minimizar, y en muchos casos neutralizar, en las sociedades occidentales, el ejemplo de las sociedades del socialismo real, el Imperialismo potenció la socialdemocracia, es decir los partidos políticos sociológicamente ubicados en la izquierda herederos de aquellos que tras la Revolución de Octubre se negaron a romper con las formas de dominación burguesa, para establecer el sistema de capitalismo renano o estado de bienestar, básicamente consistente en obtener una decente calidad de vida y cobertura social para los trabajadores de esas sociedades occidentales, a costa de la explotación inmisericorde de recursos humanos y naturales de las sociedades menos desarrolladas, lo que vino a llamarse, de forma a mi juicio incorrecta, el Tercer Mundo. En estas sociedades, que me cuesta llamar tercermundistas, muchas de ellas en proceso, casi siempre por la fuerza, de alcanzar la independencia política, la socialdemocracia tradicional no tenía papel alguno a jugar puesto que el avanzar hacia ese Estado de Bienestar de las sociedades occidentales avanzadas, que bien podríamos definir claramente como imperialistas, suponía la lucha por el obtener el control de sus propios recursos materiales y humanos. Eso decantó, en un mundo dividido en dos sistemas sociales radicalmente contrapuestos, a que la gran mayoría de los movimientos de liberación nacional se situaran en la órbita política de la Unión Soviética y sus aliados. Entre otras cosas, y este es un dato a retener, porque la URSS y sus aliados siempre prestaron ayuda a estos movimientos emancipatorios, en detrimento de su propio bienestar, algo que a largo plazo contribuyó a su caida. Dicho de otra manera, parece evidente que un obrero sueco vivía mejor, incluso muchísimo mejor, que un obrero soviético. Pero no se olvide, que, por ejemplo, la guerra de Vietnam puede que hubiera tenido otro resultado sin la ayuda, que aunque solo fuera material fue muchísima, prestada por la URSS al Vietcong. La Revolución Cubana sufre el mayor de los rigores de la agresión imperialista, a unas pocas millas, desde la desaparición de la URSS. En el resultado de la invasión norteamericana en Playa Girón, para algunos bahia de cochinos, cochinos extraordinarios dice el canto, decretada por el añorado demócrata norteamericano John F. Kennedy, mucho tuvo que ver la existencia de la URSS. Sin poder utilizar la socialdemocracia como Caballo de Troya del movimiento obrero, el Imperialismo no ha dudado en prescindir de sus principios, presuntamente, democráticos, para asegurarse de que los paises en vías de desarrollo iban a seguir estando precisamente ahí en vías de desarrollo hasta el fin de los tiempos. La existencia de las dinastías Somoza y Duvalier, de Pérez Jiménez, Odría, Trujillo, Stroessner...etc, el indisimulado protagonismo de la CIA en el asesinato de Salvador Allende a manos de los esbirros de Pinochet, solo se explican a la luz del apoyo implícito o explícito del Imperialismo. Estos ejemplos de Latinoamérica son extrapolables a otros lugares del mundo con alguna caracterización diferencial. Así al avance en Afganistán de las fuerzas más progresistas y laicas, encabezadas por el comunista Babrak Karmal, el Imperialismo respondió, jugando al aprendiz de brujo, potenciando y armando fuerzas reaccionarias yihadistas y, nunca mejor dicho, de aquellos polvos vienen estos lodos.
El norte de África no podía ser una excepción, y allí se instalarón toda suerte sátrapas dictadorzuelos desde los alahuíes reyes de Marruecos hasta Hosni Mubarak, enterrador de todo lo que tuvo de progresista y emancipador el Nasserismo y garante muy principal de la política genocida del Estado de Israel.
Estos centinelas de occidente norteafricanos estan pasando por dificultades, y tras la caida del tunecino Ben Alí, que hace más de treinta años derrocó, declarándole incompetente y senil, al adalid de la independencia Habib Burguiba, parece que Mubarak, el más mimado gendarme imperialista de la zona, no está en su mejor momento. Y Occidente se preocupa, aunque la Unión Europea ni está ni se le espera, y se preocupa con razón, ahora no es el fantasma del comunismo su principal amenaza. El vacío de poder que produce la caida de estos dictadores y la inexistencia de una izquierda política, que ya se encargaron los propios occidentales de de neutralizar, produce un escenario en el que toda suerte de fundamentalismos religiosos ,que fácil, y si se quiere demagógicamente, pueden identificar opresión y miseria con Occidente, se mueven como pez en el agua. No es tontería la amenaza.

3 comentarios:

Pedro dijo...

En algún que otro blog escrito en castellano por musulmanes que se definen como marxistas y revolucionarios (no es momento de explicar contradicciones y posibles incongruencias) en los últimos días se posicionan al respecto de los estallidos sociales del norte de África de manera tal que consideran que son "revoluciones de color" promovidas por EEUU (mejor dicho, la CIA) buscando cercenar posibles movimientos revolucionarios tanto fundamentalistas religiosos como laicos con las miras puestas en lo que en Europa aún se llama democracia y ayudar a que se instalen en el poder de estos países movimientos religiosos ligth, no fundamentalistas (a la manera de una especie de "nueva socialdemocracia"), pero con mucho prestigio por su labor de oposición a las dictaduras, su antisemitismo verbal y por su labor social en materia de sanidad y educación. Eso sí, con líderes convenientemente controlados por los chicos de Washington.

Anónimo dijo...

Esa misma idea que Pedro expone en su comentario es la que se difunde en los análisis y noticiarios de Cuba, Venezuela y algunos otros países de América. Los EEUU no están dispuestos a que se les vaya de la mano el control del grupo de países que realmente protegen a Israel y mejor una dictadura religiosa blanda (a la que siempre se le podrá acusar de cualquier cosa gracias a su componente religioso mahometano) que una posible democracia al estilo europeo o un gobierno de fundamentalistas religiosos claramente antisionistas y antiusamericanos.

BATDELSAL dijo...

Saludos, Don Javier. Me ha encantado este comentario, no por el contenido, que también, sino por la manera de escribirlo. Si encuentra usted en la blog-esfera escritores capaces de expresarse durante más de diez líneas seguidas utilizando comas para separar frases sin que el texto parezca un discurso de Rajoy o Esperanza Aguirre, ruego se me indique por si logro recuperar mi fe en todo aquel ciudadano menor de 45 años que no esté hoy tirando piedras a los cristales de las sedes de CCOO y UGT. Salud y un abrazo.