miércoles, 27 de enero de 2010

Un enemigo del pueblo y la energía nuclear

Hace como un par de años el Centro Dramático Nacional puso en representación la obra del noruego Ibsen, Un enemigo del pueblo , en versión de Juan Mayorga. Es una pieza teatral que ya me interesó cuando la pusieron en aquella maravilla televisiva llamada Estudio 1, con José Bódalo,eximio actor y notorio madridista, en el papel del doctor Stockmann e Irene Gutiérrez Caba dándole la réplica. Muchas interpretaciones se han hecho de esta denuncia que hace Ibsen de la posibilidad de que la democracia acabe deviniendo en demagogia. Incluso hay quien quiere ver una cierta justificación del fascismo, algo que Arthur Miller, autor de una de las versiones de más éxito de la obra, versión que se representó en España, en 1973, con Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen, niega categóricamente. Dentro del discurso elitista de Stockmann había un punto por el que muchos lo han acusado de fascista, pero Miller defendía que alguien de la integridad moral de Ibsen no podía ser un precedente del fascismo. En cualquier caso, esta obra ha sido, y será, controvertida porque los discursos de Stockmann están hechos desde un hombre librepensador con personalidad egocéntrica. El discurso pelado de Ibsen traumatiza porque en una época en la que está sacralizado el sistema de democracia formal, ese que algunos llamamos de democracia burguesa, ese discurso tan individualista que defiende la minoría por encima de la mayoría va más allá de lo que es una obra de teatro.
Me ha venido a la memoria esta obra de teatro al hilo de la polémica que se está suscitando por el hecho de que dos municipios Yebra en Guadalajara, Castilla-La Mancha y Ascó en Tarragona, Cataluña se han visto involucrados en una polémica, de todos conocida, por la instalación, o candidatura para la instalación, del recipiente destinado a contener los residuos procedentes de las centrales nucleares españolas. Y me ha venido a la memoria por la entrevista, en el programa La ventana que hace Gemma Nierga a Andreu Carranza, escritor e hijo de Joan Carranza, el alcalde de Ascó, que encabezó la lucha por evitar el establecimiento de la central nuclear en esa localidad. En esa entrevista Jordi Martí, director de informativos de Radio Barcelona y reclacitrante y obtuso culé, sin tomar postura, como buen periodista, excepto en lo futbolístico, que es, puso sobre la mesa el hecho, prácticamente, probado de que la mayoría de la población de Ascó era favorable a la instalación del cementerio en el término municipal. La cuestión, dejando al margen la discusión sobr la Energía Nuclear estriba en que hay que buscar un lugar donde guardar los residuos generados, porque se han generado, no podemos actuar como si no existieran, y no parece lógico que sea ni la población de Ascó, ni la de Yebra ni la de ningun municipio, de forma aislada, la que decida sobre el lugar adecuado. Debería ser el Gobierno, y en este caso el Gobierno de España, el que tomara la decisión sobre el lugar adecuado para esta instalación, asumiendo la popularidad, o impopularidad, de la decisión. Ayer mismo, y también en la cadena Ser, Pepe Masa, alcalde de Rivas, espero que por muchos años por el bien de los ripenses, lo expresó alto y claro.
Ha servido, por otra parte, toda esta polémica para volver a traer a primer plano el debate sobre la Energía Nuclear, una debate que algunos, tan bienintencionados como mal informados, pretenden zanjar con un chapa amarilla y el lema Nucleares no, gracias. El debate no puede establecerse entre energía nuclear sí o energía nuclear no. Ese es un debate yermo. La energía nuclear, en sí misma, no es ni buena ni mala. Su uso es bueno si se utiliza en medicina para, por ejemplo, reducir carcinomas difícilmente operables, y es malo si se usa para armar cabezas de missiles. Entraríamos entonces a debatir sobre el uso de la energía nuclear para generar energía de consumo, y antes de continuar deberíamos tener en cuenta, que, en teoría hay dos tipos de procesos nucleares, los de fisión y los de fusión. Todas las centrales operativas, en el mundo, en este momento son de fisión nuclear. Tanto las centrales que actualmente existentes como las que pudieran haberse construido de fusión presentan, inicialmente dos inconvenientes: El impacto que pudieran producir en su entorno, fundamentalmente determinado por la necesidad de refrigerar el reactor y la seguridad de la instalación. La catástrofe de Chernobil puso de manifiesto la necesidad de extremar al máximo los protocolos de seguridad, algo que, desde luego, no se hacía en la ya decadente URSS. Pero la catástrofe, por si misma, no invalida el uso de la energía nuclear, al tratarse de una catástrofe perfectamente evitable, así como el derrumbe de una presa no invalida la producción hidroeléctrica de la energía ni el incendio de una central térmica invalida, solamente por seguridad, este tipo de centrales. Que, por estar mal instalados o mal mantenidos, se cayeran veinte molinos eólicos causando innumerables destrozos tampoco invalidaría la producción de este tipo de energía. En cuanto al impacto ambiental derivado del calentamiento del agua, generalmente procedente de un río y que retorna a ese río notablemente más caliente, no es mayor que la agresión que, desde cualquier punto de vista, sufre una comarca cuando en ella se instala una presa o pantano, ni es mayor que el efecto invernadero producido por la emisión de anhídrido carbónico. Hasta un parque eólico o un huerto nuclear tienen un impacto ambiental, aunque solo sea desde el punto de vista paisajístico, y no es el único.
El debate comienza a centrarse, y de hecho es lo que ahora está de actualidad, cuando entramos en algo que para las centrales de fisión es inevitable y por ello, a mi juicio, descalifica de forma radical a las actuales centrales nucleares: los residuos. Simplificando un poco, el proceso de fisión consiste en bombardear un isótopo , por ejemplo el Uranio 235, presente en menos del 1% en el Uranio natural, con una partícula relativamente pesada, por ejemplo un neutrón, para inicialmente dar lugar a Uranio 236 que se divide, de ahí el término fisión, produciendo Bario 141 y Kripton 92, en un proceso en el que una parte de la masa se transforma en energía según la conodísima formula E=Δmc². El problema está en que hacer con ese bario y ese kripton que son isótopos inestables susceptibles de continuar el proceso hasta producir una reacción en cadena, y que seguiran siendo inestables por mucho que los entierres en cementerios a prueba de todo.
Hay quien piensa, yo no acabo de tenerlo claro, que este problema de los residuos se terminaría si avanzasemos hacia centrales de fusión. En efecto la fusión de núcleos de átomos poco pesados, se suele poner el límite en el hierro (Fe), produce una transformación de materia en energía siguiendo la consabida E=Δmc². Aquí no hay especulación puesto que es un proceso que se produce ante nuestros ojos desde que amanece hasta que anochece, en el Sol. La fusión más clásica, que es la de las estrellas, es la deuterio-tritio,o deuterio-deuterio, isótopos del hidrógeno, para dar lugar a Helio, que es un gas noble e inerte. Pues... parece evidente ¡Construyamos centrales de fusión!Pero..., porque hay peros, tenemos un problema, que ni siquiera Huston puede solucionar. En el Sol, en general en las estrellas, vemos, y sentimos, el proceso ya en marcha, un proceso que, todo parece indicar, se inicia con una fragmentación de una nebulosa, inicialmente fría. Uno, o varios, de los fragmentos se condensa hasta alcanzar aproximadamente diez millones de grados, y ahí se inicia, y después continúa en cadena, la reacción de fusión antes descrita. La necesidad de tan importante aporte energético para iniciar el proceso puede justificarse por el hecho de que estamos intentando fundir dos núcleos, es decir dos átomos sin corteza electrónica cargados, por tanto, positivamente. Y dos cargas eléctricas con el mismo signo según los principios básicos del electromagnetismo se repelen. Llegaríamos al contrasentido de tener que provocar una reacción de fisión, con los problemas antes descritos, para poder iniciar la deseada fusión. Se está intentando avanzar en el terreno de la fusión fría , pero a mí parece aún lejana, por más que haya quien augure para las cercanías de 2020 las primeras centrales nucleares con reactor de fusión. Tanto en la línea de investigación de la pila de Paladio/Óxido de Zirconio, como en el intento de sustitución de la corteza eléctronica del deuterio por muones que restaran carga positiva a los núcleos, favoreciendo la fusión de éstos, las cosas parecen ir muy lentamente, entre otras cosas porque las grandes multinacionales de la energía, empezando por los emporios petrolíferos están muy poco interesados en avanzar por ese terreno.
Conviene que los que se ponen la chapa Nucleares no, gracias, yo jamás me la he puesto, sepan defender ese lema con argumentos. Si no es así perderán, perderemos, el debate.

2 comentarios:

Carles Acózar dijo...

Tu buen trabajo merecería un largo debate paralelo, que no es el sitio. Pero me ceñiré a puntos fundamentales.
El primero es que la industria energética nuclear aparece como consecuencia de la necesidad de uranio enriquecido para la industria militar. Es la industria militar la que genera las prioridades, no el interés civil, sovial y general.

Segundo. Lo del efecto invernadero y el clentamiento antropogénico es una campaña muy buena publicitaria de las corporaciones petrolífero-atómicas (toda es la misma mierda, con pedigree diferente) aprovechando que, por razones solares y orbitales, ésto se calienta -en determinadas zonas- aunque soplemos todos al sol, y colocar de nuevo, con la inestimable ayuda de Sarkos-Merkel-Obama-Medvédev...- que tienen en lo nuclear interés industrial y estratégico militar.

Y, de postre, imaginemos una guerra, como las que monta Israel y yanquiland: Lo primero que se bombardea son las centrales energéticas. ¡Pum!
Yo no trago.
Y menos tras la última de Endesa callándose un escape, y tres días después de otro incidente en Alemania que tiene allí al personal botando ante la cancillería...
Yo sí llevo la pegatina, desde hace ya más de 30 años (Atomkraft? Nein, danke!), y seguiré llevándola junto con la de "abolición de los ejércitos", "trabajadores del mundo, uníos", "más vale vivir de pié...", y cuantas sean necesarias de aquí hasta que parme!
Pero quiero agradecerte la clarísima explicación que haces de los procesos de fusión y fisión, así como del interesante resto de este post... y de otros. Salud, camarada! Carles.

Carles Acózar dijo...

Perdona, las prisas... Dolores dijo "¡Más vale morir de pié... que vivir de rodillas!", como bien sabes. A mí me ha traicionado el subconsciente: Por ahora no me apetece... por joder, más que nada, en ambos sentidos de la acción. Salut! Carles.