domingo, 12 de octubre de 2008

Comienza el proceso (Para mi)

Me refiero al proceso que conducirá a la IX Asamblea de Iu, y es que mañana, hoy para los lectores, la asamblea de Alpedrete se reune para valorar los tres documentos que se presentan y elegir los cinco delegados que los días 31 de octubre y 1 de noviembre participaran en el proceso regional de la asamblea federal, una especie de preasamblea regional en la que, además de discutir los documentos presentados, se elegirá la delegación de Iu-CAM que participará en la IX Asamblea. Cabe comenzar destacando lo insólito del proceso, con tres documentos diferentes, más diferentes de lo que parece, en lugar de uno sólo en que se defienda, o no, la gestión de la dirección saliente, susceptible de ser aprobado o rechazado, o en su caso enmendado o ampliado. Da la sensación de que la propia dirección saliente no quiere ni justificar su gestión, ni hacer autocrítica alguna sobre ella, sino que elabora un documento que pretende de futuro, sin hacer más referencias al pasado que las hacen alusión al desastre electoral del pasado marzo, y echándole las culpas al empedrado. Es como si hasta ahora no hubiera habido una dirección de Iu , no hubiera habido más responsable de la situación que Gaspar Llamazares, y una vez que este ha anunciado que ni siquiera llegará a la IX Asamblea, los que con él han tenido la responsabilidad de dirigir Iu, tienen las manos libres para elaborar un proyecto de futuro como si ellos no tuvieran nada que ver con el pasado, o por lo menos no tuvieran más responsabilidad que aquellos que no tenían la mayoría de la dirección. De manera que nos enfrentamos a tres documentos para ser debatidos en igualdad de condiciones, y como esas son las normas a ellas me atendré. Respetuoso como soy de los procesos orgánicos, no voy a adelantar aquí, antes de que se celebre mi asamblea, las razones por las que me decanto por un documento, no creo que sorprenda a nadie de los que me conocen el que apoye el llamado documento de los cien, en detrimento de los otros dos. Cuando se celebre mi asamblea puede que aquí argumente en profundidad los motivos de mi apoyo, que van bastante más allá de mi militancia en el PCE, si tengo tiempo lo haré, pero ahora si me gustaría llamar la atención sobre quien firma los documentos. El documento que encabeza Gaspar Llamazares, ya es incongruente que encabece un manifiesto quien ni siquiera quiere rendir cuentas de su gestión ante la asamblea, va plagadito de cargos públicos, que en la firma hacen pública ostentación de su cargo, dejando claro, al margen de lo que pueda decir el documento, cual es su apuesta, que tipo de Iu quieren, y no es que en los otros documentos no haya cargos públicos, que también los hay, simplemente parece que no le dan la misma importancia. Y tampoco resto yo importancia a que tengamos cargos públicos, pero creo que tienen la que tienen y sirven para lo que sirven. Si creemos que podemos modificar radicalmente la estructura (y en esto parecen estar de acuerdo los tres documentos) de la sociedad mediante la participación en los organismos que el propio sistema de dominación capitalista se ha visto obligado a crear para ocultar su verdadera faz, estariamos mejor configurados como una especie de ala izquierda del PSOE. Haciendo un paralelismo cercano en lo ideológico aunque lejano en el tiempo, es como si cuando en las postrimerías del franquismo, los enlaces sindicales militantes de CC.OO. se hubieran presentado en aquellas "elecciones sindicales" porque creían en las bondades del sindicato vertical. Estaban allí por tres razones, una para aprovechar en lo posible la legalidad existente, dos para que sirvieran de altavoz a las propuestas y tres, y quizás la más importante, para terminar desenmascarando la verdadera función del sindicato vertical contribuyendo a su desaparición.
Por último una pequeña aclaración para que aquellos que atacan el documento que auspicia el PCE, y otras corrientes políticas dentro de Izquierda Unida, sin argumentos políticos, en muchos casos sin haberlo leido:
1) Me he sentido irónicamente estupefacto por la respuesta que buenos amigos míos, unos pocos aqui y otros directamente en la cara, me han dado por la entrada del otro día en relación a la dimisión de Gaspar Llamazares que a todos les caía muy bien, y valoraban excelentemente su gestión. Lástima, y aquí viene la ironía, que ninguno de ellos le hubiera votado, mientras que yo, crítico con él, si lo hice.
2) Se han resucitado dos mentiras, muy bien urdidas en su día, que no por mucho repetirse no dejan de ser mentiras. Una es una mentira menor que busca únicamente despretigiar a Francisco Frutos (yo le conocí en el PSUC siendo Francesc y me resisto a llamarle Paco), y el pacto al que llego con Joaquín Almunia que esencialmente servía para no pisarse la manguera en el Senado. Aquel acuerdo, por mucho que se empeñen los antifruteros, no tuvo influencia alguna en el resultado que en cualquier caso fue malo para Iu comparado con resultados anteriores obtenidos por Julio Anguita, pero excelente si lo comparamos con los obtenidos por el todavía coordinador general, resultados estos últimos cojonudos, pero para el PSOE. La otra mentira es de mayor calado, la pergeñó, en su día el grupo PRISA, y Felipe González ,y su coro de corruptos inquebrantables, se apuntó con entusiasmo, la famosa pinza y tengo que decir y digo:
a) Fue por la pinza por la que las alcaldías de Málaga y Córdoba fueron a manos del PP.
b) Fue por la pinza por la que el grupo parlamentario federal de Iu votó la inmensa mayoría de las iniciativas presentadas por el grupo parlamentario socialista.
c) Fue por la pinza por la que los ejecutivos presididos por Felipe González prefirieron apoyarse en el progresismo y la reponsabilidad de CiU que en el sectarismo del iluminado califa (otra exitosa campaña del grupo PRISA y sus corífeos de Ferraz) que se atrevió a exigir, ¡que indecencia! , al gobierno que terminase con la corrupción imperante en su administración, corrupción que siempre se da por supuesta en la derecha, pero que es intolerable en la izquierda, e igualmente se atrevió a exigir, ¡el colmo de los colmos! que se llegase hasta las últimas consecuencias en la investigación sobre los crímenes de estado de los GAL.
Es cierto que Julio Anguita , o mejor Iu, defendíamos y, yo desde luego sigo defendiendo, que en la orilla de la izquierda no vemos las políticas del PSOE, ni las veíamos entonces ( permanencia en la OTAN para asegurarse una entrada vergonzante en la Europa de los mercaderes y los monopolios, entrada que exigió a su vez una salvaje reconversión industrial que dejó la economía española exclusivamente dependiente del ladrillo, el sol y la sangría) ni, desde luego, las vemos ahora, por más que se nos disfracen como progresistas medidas que más bien son de beneficencia (los 400 €, el cheque bebe, etc...) y parezcan algunas, que efectivamente lo son como la legalización de las parejas del mismo sexo, aún más progresistas por la cerril actitud de la derecha montaraz que sufrimos. Incluso algunas medidas, indudablemente acertadas, como la retirada de las tropas de Iraq entra en contradicción con el hecho de mantener presencia militar en Afganistán, Líbano o Kosovo siguiendo las directrices de USA. Por tanto en aquel momento estabamos solos en la orilla de la izquierda y ahora también. Y con ello no quiero decir que los muchísimos militantes que están en el PSOE, o que simplemente le votan, porque honradamente creen que es una forma de avanzar, o de cerrarle el paso a la derecha extrema que representa el PP, estén en la orilla de la derecha. Sociológica, emocional y culturalmente están en la de la izquierda, pero desperdician su trabajo en favor de políticas que no son sino el caballo de troya del capitalismo y la reacción dentro del movimiento progresista y revolucionario. La dirección, y digo la dirección, del PSOE se comporta como esos ciclistas que se ponen a la cabeza del pelotón cuando en la fuga que va escapada hay algún miembro de su equipo. Se ponen delante no para colaborar en la caza, sino para ralentizar la persecución.

1 comentario:

Osaposa dijo...

Por una vez, es Ud., claro y va al meollo de la cuestión.
Creo que con sus ideas, y siendo consecuente con ellas, como bien sé, tiene poco que hacer en la política.
Me alegra ver como se remonta Ud., a los tiempos de Felipe González, y le responsabiliza de cosas, que tristemente llegan hasta la actualidad, y para colmo de males salvaguardan los intereses del PP.
Tristemente, parece que las ideas y los valores están en desuso, y mucho mas ser consecuentes con ellos, por lo tanto lo tiene Ud., muy difícil y va a sufrir muchas zancadillas en su andadura.
Bien sé, que esta Ud., acostumbrado, pero es muy triste dar la batalla en estas circunstancias; de todas formas
¡¡¡ANIMO¡¡¡¡