martes, 12 de agosto de 2008

Dos (luego tres) en carretera. Cap1

También podía haberse titulado: "En La Rochelle primera sorpresa". Y sorpresa gorda, porque fue después de un precioso atasco ( bouchon en el idioma nativo) entre la frontera y Burdeos , provocado por los profesionales del camión de variopintas nacionalidades, descubrimos que parte importante del presupuesto del viaje, el destinado a vivir en Francia y al combustible, es decir el que no estaba cambiado a libras esterlinas (£, pounds), permanecía en Alpedrete, eso sí cuidadosamente escondido. Como además se daba la circustancia que de forma voluntaria, y con el fin de no quebrar en absoluto nuestro presupuesto, habíamos decidido prescindir de nuestras tarjetas de crédito (conocemos de sobra nuestra tendencia a fundirlas sin ningún remordimiento), nuestra situación no era precisamente boyante.
Trás una reunión de urgencia, y en medio de la euforia por haber terminado con el atasco viario, decidimos continuar como si tal cosa, dado que a final de mes cobraríamos nuestras suculentas nóminas de funcionarios y tras pagar la hipoteca, letra del coche, libros de Álvaro, luz, gas, agua, seguros varios, teléfono fijo, ADSL, móviles, Digital+ y recibos imprevistos (que regularmente aparecen todos los meses) algo de líquido quedaría en la cuenta corriente (corre que se las pela) y nuestros problemas económicos desparecerían. El único problema, por inmediato, era como abonar la noche de hotel en La Rochelle, una vez nos hubieron comunicado que no podíamos pagar en pounds ( £). Supusimos, de forma equivocada, que en cualquier entidad bancaria nos transformarían la estravagancia monetaria británica en divisa de uso común, sin embargo el trámite se complicó un poco y tuvo que ser en Correos (PTT ) dónde se hizo el trámite, y dónde , de paso, nos cobraron 5 € de comisión.
Sin más incidencias, que para ser el primer día no son pocas, continuamos camino de Quimper , o más exactamente de Gouèzec , localidad a cuarenta kilómetros, donde vive la familia Cam: Sandrine , Christophe y Leïla, si bien a Christophe no llegamos a verle dado que por motivos profesionales no pudo venirse con nosotroa hasta St. Jean du Doigt, donde disfrutamos unos días de la paz y la tranquilidad bretona con nuestra niñas

Me sigue pareciendo imposible que nuestra niña se haya convertido entoda una responsable mamá. No puedo evitar recordar el día en que llegó a Alpedrete con el objetivo de perfeccionar su incipiente español a cambio de cuidar a nuestro incipiente vástago, que por aquel entonces comenzaba también a utilizar el lenguaje verbal. Olga ( Ossaposa) suele recordarme con alguna frecuencia mi actitud el primer día que fue a la piscina: Fui inmediatamente detrás de ella, reuní a los mozalbetes que acumulaban varios kilos de testosterona sin liberar y les comenté, en actitud serena pero firme y seria, las enormes posibilidades que tenían de perder, tras el contacto con alguno de mis dos pies, los atributos que certificaban su adscripción al género masculino, simplemente si apreciaba, de forma absolutamente subjetiva, alguna actitud que no acabara de convencerme. Y como mientras pronunciaba la conferencia aclarativa, percibí entre los adultos presentes, honrados padre de familia casi todos, alguna mirada trufada por el apetito de la concupiscencia, no tuve más remedio que extender mi advertencia al segmento adulto de mis vecinos. Mi socia suele, medio en broma medio en serio, decirle a nuestro vástago que tiene mucha suerte de no haber nacido mujer. Sinceramente creo que no es para tanto, pero el hecho cierto es que ver a la niña convertida en madre me causa cierta perplejidad, y la cria es un encanto:



Fueron unos dias muy agradables en los que disfrutamos de nuestras niñas todo lo que pudimos, un placer que no nos podemos permitir con mucha frecuencia, ya que no sólo viven lejos de Alpedrete (como unos 1500 Km), sino que además el acceso mediante otro medio de transporte que no sea el propio coche es complicado: No existe un vuelo directo desde Madrid a ningun lugar de Bretaña, necesariamente hay que pasar por Paris para acceder a Rennes, desde allí un tren a Morlaix, para ir a St. Jean o Plougasnou, o un autobús a Quimper. Como veremos a lo largo del serial no es algo excesivamente complicado para nosotros, pero no como para hacerlo con excesiva frecuencia.

Estando en Bretaña nos dimos cuenta de la siguiente complicación de nuestro periplo (creíamos que era la última, una ilusión), el viaje de vuelta en barco no nos dejaba en Roscoff (de donde salíamos) sino en Chesburgo (Normandía) y llegar desde allí a Bretaña para recuperar nuestra coche era complicado, pero la resolución del problema (que la hubo) la dejamos para el capítulo Dos

AL MARGEN DEL RELATO:

Por prensa y radio habreis tenido conocimiento de que el Pp de Alpedrete ha aprovechado el verano para desalojar a la oposición del minúsculo espacio que tenía para desarrollar su trabajo, podreis seguir el desarrollo del conflicto en el blog del Grupo Municipal de Izquierda Unida-Los Verdes

3 comentarios:

Maripuchi dijo...

No sabía que habíais tenido au pair para Álvaro... ya te preguntaré, ya... nosotros nos lo estamos planteando muy muy seriamente...

El viaje bien ¿no?

Freia dijo...

¡Anda, que vaya contencioso que tenéis con los olvidos últimamente...!

Pero como os pudísteis dejar los euros para la Fransia debajo del colchón, jajaja... Eso es que estáis mayores.

Os ha salido un viaje que ni Odiseo, jijiji.

Un abrazo gordo, gordo

Osaposa dijo...

Pues si pudimos disfrutar de nuestras queridas niñas, yo quede convencida de que voy a ser la peor abuela del mundo, atosigante, besucona, achuchona, consentidora, etc., Leila como sus padres es preciosa, y a mi me hacia tantos cariñitos que estaba babosa por toda la casa; por el contrario mi hija francesa me dejo preocupada, esta en la fase de adaptacion a la familia del siglo XXI, y la pobre tiene el defecto de ser autoexigente, rigurosa y generosa, con lo que esta agotada.
En cuanto a dejarme los euros, Bolche no ha contado que en otras ocasiones nos han robado, y yo habia hecho compartimentos estancos, incluso habia comprado calcetines con cremallera, pero amados colegas, mi cabeza tiene dias poco agraciados, sobre todo cuando estoy cansada, pero como ireis viendo esto es una menudencia comparado con el resto del viaje.
Tanto Sandrine, como Javier estaban muy contentos por haber cambiado el viaje de vuelta en Ferry, era una posibilidad que yo ya habia contemplado, pero era correr demasiados riesgos, cuando felizmente me comunicaron el cambio, yo esposa y madre con unos cuantos años, me calle y les deje con su felicidad de haber conseguido mejorar la situacion, la cual dio lugar a un dia de locos, que ya os contara el colega.
En cuanto a tener au pair para los niños, a nosotros con Sandrine que la tuvimos dos años, fue una delicia, pero despues nos llego una Checa Iveta, que pensaba que en España por el calor todas eramos putas, y se paseaba por los madriles en bragas y en sujetador, yo aterrada esperando todos los dias a la policia, para que me comunicase algun desastre, esto es otro capitulo que podemos incluir en un apartado dedicado a la enseñanza en nuestro Pais.

Salud para todos, y que retomeis la vuelta al trabajo de la mejor manera posible