sábado, 28 de abril de 2007

La otra memoria historica

Nos recuerda maripuchi y su mundo lo mucho que han vociferado determinados estamentos de nuestra sociedad, esencialmente la Iglesia Católica y los herederos políticos del franquismo, contra la llamada ley de la memoria histórica, argumentan estos conciliadores tardofranquistas, que se trata de remover el pasado, un pasado enterrado, según ellos, con la transición, convertida así, en una suerte de ley de punto final, que hacía tabla rasa de todo lo ocurrido. Y la misma maripuchi se extraña de que sin embargo la Iglesia Católica traiga a su memoria histórica a 500 mártires asesinados oprobiosamente por el frente popular por defender la fe católica. Eso parece ser que no reabre ninguna herida, no divide los muertos en dos clases. Uno el de los impíos que se atrevieron a poner en cuestión el caracter sagradamente católico de España. Ellos no sólo pagaron con su vida sus pecados sino que además son condenados al fuego eterno. Sin embargo los otros, que murieron, no por colaborar de forma activa a derrocar un gobierno legalmente constituido, no por ser delincuentes, no, sino por defender su fe católica van a ser elevados a sus altares, curiosamente son olvidados los sacerdotes vascos capaces de defender al mismo tiempo su fe católica y la legalidad republicana, estos tambien al infierno.
Yo soy científicamente ateo. La ciencia con su principio de conservación de la energía, con su primer principio de la termodinámica, y otras leyes está en abierta contraposición con la existencia de algo, Dios, capaz por si mismo de crear materia o energía de la nada. Sin embargo, comprendo y respeto a aquellos que quieren creer en su existencia, porque, en palabras de don Impe se niegan a ser poco más que un mono evolucionado, o porque necesitan para su estabilidad emocional creer que son trascendentes, que su vida no termina aquí. No sólo les respeto, sino que en muchas ocasiones les tengo sincera envidia, sobre todo en momentos que siento una especie de angustia vital. A lo que no respeto, es más me da asco es a la Iglesia Católica. Cada día estoy más convencido de que es una organización de delincuentes, peor, si es posible, que la propia mafia.

3 comentarios:

Blanca dijo...

Son pura mafia... con todos los elementos de una secta...

Yo puedo entender que beatifiquen a quien quieran, al anterior papa o a todos los curas "mártires" que quieran. Lo que no podré entender nunca es la elección de los momentos para hacer su política intervencionista y la mala fe de la que permanentemente hacen gala.

Nunca podré comprender que se alineen con el poderoso y se aparten del rebaño a quien deberían dedicar sus esfuerzos. Y jamás me entrará en la cabeza que aprovechen cualquier excusa para dividir una vez más a los españoles en buenos y malos, siguiendo la estela de su embarrada historia.

Saludos,

Maripuchi dijo...

Más que extrañarme que beatifiquen a sus santos, lo que me extraña es que pretendan convencer a todos los mortales con sus palabras de que sus muertos son mejores que los nuestros.

Me parece estupendo que beatifiquen a quien quieran, pero que no traten de hacernos creer que este gesto no pretende meter el dedo en la llaga de nadie.

Viva la apostasía!

Imperialista dijo...

Sin pasarse, señoras, sin pasarse.